Inauguración de la exposición «Tarsis, sepultura de los olvidados», de Lucas Rodríguez Cuenca
El pasado 17 de marzo, en la sala David Puentes de la Fundación de Cultura Andaluza, tuvo lugar el acto de inauguración de la exposición “Tarsis, sepultura de los olvidados”, del joven artista sevillano Lucas Rodríguez Cuenca. La muestra puede visitarse de miércoles a viernes de 17:30 a 20:30 h. hasta el 8 de abril.
El acto se inició con unas palabras a los asistentes de José Mª García Blanco, responsable de Programas Culturales de la Fundación de Cultura Andaluza, quien destacó “el carácter original de la propuesta, tanto por la temática como por los medios empleados. 30 obras donde se mezclan dos corrientes visuales y plásticas, la figuración y la abstracción, unidas por los mitos, leyendas y deidades propios de los tartesos».
Entrevista a Lucas Rodríguez Cuenca
¿Cómo ha sido el paso a paso de tu formación como artista?
Desde pequeño me he sentido siempre atraído por el arte, pero decidí en primera instancia realizar algún estudio más pragmático, por lo que comencé la carrera de Informática. Tras comprobar que no era lo mío, me trasladé al estudio de un pintor conocido en la familia, que tiene su estudio en Triana. Allí me preparó para el examen de acceso a la Escuela de Arte y conseguí entrar. Al finalizar, di el paso y me inscribí en el grado universitario de Bellas Artes, donde me titulé. Actualmente estoy en una escuela de arte donde imparto clases de dibujo y pintura, aunque también soy alumno en algunas materias especializadas. Es decir, tengo en la escuela a compañeros y alumnos a la vez. Mi idea para el futuro a corto plazo es realizar un master para alcanzar el doctorado.
¿Qué te motivó a cambiarlo todo por tu carrera artística?
Curiosamente el flash me vino gracias a una asignatura de la carrera de Informática. Teníamos que hacer un boceto de un diseño gráfico, y el profesor al ver lo que presenté me lo dijo con rotundidad: «lo tuyo es el dibujo y la pintura». Poco a poco me convencí a mí mismo y di el paso.
Esta es tu primera exposición con Fundeca, ¿cuáles han sido tus muestras anteriores?
Aquí en Sevilla he conseguido exponer en otras tres ocasiones, tanto a nivel individual como grupal. Recuerdo una en una cafetería-galería donde tuve la suerte que se grabara un capítulo de la serie Allí abajo, con la consiguiente promoción indirecta que logré. También tengo buen recuerdo de dos exposiciones en Madrid y Bruselas organizadas por una galería con la que suelo trabajar.
¿De dónde surgió la idea de esta exposición?
A mí me encantan los pintores flamencos e italianos, aunque a veces sean tan recargados. Pero el uso de las técnicas arcaicas siempre me ha atraído. Por eso pensé en algunas como los relieves para esta temática de los tartesos. Hablamos de obras que no son grandes, pero a una distancia parecen una cosa y al acercarse se descubren miles de detalles y planos increíbles. A esto se une el mosaico, los trípticos o las vidrieras, técnicas muy complicadas y materiales muy difíciles de encontrar y de alto costo.
¿Por qué los tartesos?
Yo quería trabajar un tema que no se hubiera tocado mucho en Sevilla y que tuviera sus raíces aquí. Además, los mitos y leyendas dan lugar a reimaginaciones muy potentes. De los tartesos apenas se ha estudiado su estancia en la zona, un ejemplo claro es el propio tesoro del Carambolo, tratado bajo mi punto de vista muy por encima y sin profundidad. Creo que es una civilización muy atacada y poco valorada.
Por eso, la mayoría de las obras aquí expuestas me han llevado tres o cuatro meses de estudio, preparación, búsqueda de materiales, etc.
Para finalizar, Lucas, ¿cuáles son tus próximos trabajos a corto y medio plazo?
Sigo experimentando con muchas técnicas en el taller de la escuela de arte. Por ejemplo, el metacrilato que hemos usado en esta exposición surge de la necesidad, ya que comprobamos en varias piezas que no podíamos usar cristal y madera a la vez. Todo forma parte de mi proceso de formación y en aras de seguir investigando.