La sala David Puentes acoge la exposición “Tarsis, sepultura de los olvidados”, de Lucas Rodríguez Cuenca
La sala de exposiciones David Puentes de la Fundación de Cultura Andaluza (C/ Salmedina, 3) inaugura el próximo jueves 17 de marzo la exposición “Tarsis, sepultura de los olvidados”, de Lucas Rodríguez Cuenca (Sevilla, 1994). Es la primera exposición individual del artista andaluz organizada por FUNDECA.
La muestra, que podrá verse hasta el 8 de abril (miércoles, jueves y viernes de 17:30 a 20:30 h.), está compuesta por unas 30 obras, algunas junto con sus respectivos estudios y bosquejos previos. Estas 30 obras conforman una única colección, donde se mezclan dos corrientes visuales y plásticas, la figuración y la abstracción, unidas por una misma temática, los tartesos: sus mitos, leyendas y deidades.
Este conjunto no solo es curioso por aunar estas dos corrientes, sino que también es único por mezclar la expresión gráfica, la pictórica y la escultórica; a veces en una misma obra y otras por separado, en diferentes piezas.
En la gran mayoría de las mismas, podemos observar la utilización del Schiacciato, un arcaico sistema renacentista de superposición y yuxtaposición de planos a modo de relieve (bajorrelieve). En este caso, todo ello con una reimaginación contemporánea de la técnica, donde se utiliza la madera y el papel como soporte del dibujo y la pintura, creando una suerte de pequeños teatros, donde se narran historias olvidadas de nuestra tierra Andalucía.
Además del Schiacciato, Lucas Rodríguez Cuenca recupera en este proyecto otras técnicas ya en desuso o en peligro de desaparecer como el mosaico, la vidriera, la talla en piedra, técnicas de grabado o de policromía. Si nos acercamos a las zonas de carácter figurativo, podemos observar una interpretación, totalmente propia, de mitos y leyendas de la cultura tartésica. Reimaginados, con la poca información y restos que actualmente tenemos de ellos. Siempre basándose en manuscritos e investigaciones que recopilan toda la, más que posible, existencia y vestigios de esta civilización perdida. Y si nos fijamos en las obras más abstractas, las formas se camuflan y las figuras se distorsionan. Crea así un concepto que va mucho más allá de lo meramente visual, negando el decorativismo.
Rodríguez Cuenca centra su temática en las deidades tartésicas, que se manifiestan con patrones geométrico e histológicos, imposibles de concretar y visualizar coherentemente. Tanto una parte como otra se fusionan y entremezclan en la mayoría de obras, dejando un conjunto -con multitud de detalles, barroquismo y horror vacui- que brinda al espectador la posibilidad de la libre interpretación. Como el mismo artista indica, “son obras duales donde la figuración se contamina de la abstracción o la abstracción intenta camuflar la figuración».